Paso firme, falda corta y tacón infinito, con esos ojos que la caracteriza y ese gesto tan de gata. Pasa por su lado, LE mira y a penas levanta una ceja y tuerce su sonrisa como saludo, porque intenta encubrir todo lo que arde en su interior y lo disimula tan bien cuándo se le cruza, que a veces cree que la deberían dar a ella el Oscar a la mejor actriz revelación del momento, de echo, se lo merece, son muchos meses actuando para él y para el resto de su mundo.
Sonríe y ríe y se bebe hasta sus lágrimas para terminar hablando con cualquier impostor que quiere hacerse pasar por el hombre de sus sueños, pero a ella ya no se la dan, ni el alcohol es capaz de arreglar las grietas de su corazón, y les hace creer a esos actores de pacotilla, que se ha tragado su actuación y que sus labios están disponibles para ellos, pero siempre se marcha con su paso firme, su falda corta, tacón infinito y sola, tal cual vino...
Sonríe y ríe y se bebe hasta sus lágrimas para terminar hablando con cualquier impostor que quiere hacerse pasar por el hombre de sus sueños, pero a ella ya no se la dan, ni el alcohol es capaz de arreglar las grietas de su corazón, y les hace creer a esos actores de pacotilla, que se ha tragado su actuación y que sus labios están disponibles para ellos, pero siempre se marcha con su paso firme, su falda corta, tacón infinito y sola, tal cual vino...
La llorona destronada ya sólo llora frente a su espejo, para ver como con cada lágrima sale otro pedazo de él de su interior, hasta acabar por echarle del todo.