miércoles, 14 de noviembre de 2012

Lágrimas negras...

Se caracteriza por su dulce sonrisa y esos inmensos ojos oscuros que hablan por si solos.

Pero que falsas son las apariencias cuando la pena se lleva por dentro y te araña las entrañas... Duele y no sabes cómo... su almohada es testigo de ello, cuántas veces la ha empapado en plena noche dejándola teñida de negro, negro por la máscara que cubre sus pestañas, negro como su corazón, que después de tanto arder en pasiones traumáticas ha quedado carbonizado...

Ya se conoce todo aquello de seguir con la cabeza bien alta, de no pensar en lo que pudo pasar y no ocurrió, aquello de quererse ante todo a ella misma y no dejar que nadie la pisoteé... todo eso se lo conoce al dedillo, lo sabe, y le encantaría poder quererse tanto como para llevarlo a cabo... pero siempre vuelve a tropezar con la misma historia con distintos nombres, con distintas caras, con distintos besos... ¿No se cansa el destino de jugar con ella?


Se cubre de nostalgia y su almohada vuelve a teñirse de negro, a juego con su corazón...

Quizá ha llegado el momento de rendirse.

3 comentarios:

  1. ¿Y si empiezas tú a jugar con el destino? Darle un poco de su medicina. Un besazo nena.

    ResponderEliminar
  2. Preciosa, me dejas darte un consejo? No soy experta en esto y no quiero, ni mucho menos, que te lo tomes al pie de la letra o que me hagas caso. Sólo quiero dártelo porque me caes genial :$
    Por qué no dejas que la tristeza o la pena aflore en tu cuerpo? Para saber seguir adelante, o mejor dicho, para poder, es necesario dejar la pena a un lado, o mejor dicho, haberla superado, y para eso es necesario pasarla sin pasar de ella. Es necesario que llores todo lo necesario, que grites si hace falta, pero hazlo, sino nunca podrás seguir adelante, porque esa pena estará en ti y aparecerá cuando menos lo esperes :)

    ResponderEliminar
  3. Vaya! Has mejorado mucho en estos meses. Me ha encantado :)

    ResponderEliminar